miércoles, 25 de noviembre de 2015

Aquí

Y allí estaba ella , sentada frente a su ordenador.  Mirando como el chirimiri caía a través de la ventana, con sus ojos de niña. Unos ojos que decían eran grandes y profundos por su color marrón oscuro y una pupila tan grande que apenas parecían reales.
Se preguntaba que hacía en aquel país, tan distinto al suyo. Donde la humedad era constante tras la lluvia casi permanente y el carácter norteño.
No hacía tanto frío, al menos por el momento a pesar de ser noviembre en Inglaterra. Pero tampoco hacía el calor du país, España.
 A pesar de ello veía la parte hermosa, como el verde de la naturaleza y el encanto de los pequeños pueblecitos de alrededor, donde adentrarse para conocer la cultura real de las flores, agricultura y gastronomía típica. Constituida por la cerveza y los dulces para tomar con su té diario.
Mientras miraba resbalar las gotas del cristal, pensaba en las circunstancias y el entorno que le rodeaba. Tenía ya los treinta a penas recién cumplidos y vivía compartiendo piso.Un piso en el que la humedad era amiga del entorno interno , sobre todo en la habitación donde vivía.
La casa no constaba de un lugar común, solo de dos habitaciones y una cocina y baño a compartir.
A pesar de la tristeza que transmitía su habitación, pintada  con un color ocre y alguna que otra mancha de humedad tapada con pintura de otro color, intentaba decorarla lo mejor posible , aunque no acababa de sentir que transmitiese la paz que una habitación debiera transmitir.

Se preguntaba qué era lo que fallaba, daba vueltas y vueltas pensando.